La aparición del ser humano prehistórico en Asia y en Europa tuvo lugar hace unos 2.5 millones de años y 700 mil años en el hemisferio sur, mientras que en las regiones del norte, que eran más frías e inhóspitas, tardaron en poblarse. En estos continentes, la aparición de la escritura, que marca el fin de la prehistoria, varió: tan temprano como 3300 a. de N.E. en Mesopotamia y en el Valle del Indo; en China y en el Egeo la escritura apareció en el segundo milenio a. de N. E.; en Italia alrededor del año 800 a. de N. E.; y después del año 1000 d. de N. E. en las regiones del norte de Europa.
Lo anterior muestra la diferencia cronológica de la prehistoria de un continente a otro o incluso en el mismo continente. Las civilizaciones florecieron en distintos medios naturales, que condicionaron su forma de vida y su expansión cultural. Esto nos explica la complejidad del término prehistoria. Para evitar confusiones, tal vez sería mejor hablar de varias prehistorias.
A pesar de las limitaciones, es posible establecer en un esquema general las etapas básicas del desarrollo de las sociedades prehistóricas: Para los cazadores-recolectores, la talla de utensilios arcáicos vino primero, después el dominio del fuego, luego la aparición de las primeras esculturas, y finalmente apareció la expresión artística hace 30 mil años.
Después, durante la revolución Neolítica, la humanidad logró la producción de alimentos con la domesticación de plantas y animales. Luego vino la especialización de los individuos, la emergencia de unidades sociales, el ascenso al poder de una clase política en comunidades organizadas y finalmente la creación de un esquema urbano y la invención de la escritura. Este proceso comenzó en Sumeria en el año 4000 a. de N. E.; en el Valle del Indo en el año 3 000; en China y el Egeo en el año 2 000 y en México en el primer milenio a. de N. E.
A pesar de las limitaciones, es posible establecer en un esquema general las etapas básicas del desarrollo de las sociedades prehistóricas: Para los cazadores-recolectores, la talla de utensilios arcáicos vino primero, después el dominio del fuego, luego la aparición de las primeras esculturas, y finalmente apareció la expresión artística hace 30 mil años.
Después, durante la revolución Neolítica, la humanidad logró la producción de alimentos con la domesticación de plantas y animales. Luego vino la especialización de los individuos, la emergencia de unidades sociales, el ascenso al poder de una clase política en comunidades organizadas y finalmente la creación de un esquema urbano y la invención de la escritura. Este proceso comenzó en Sumeria en el año 4000 a. de N. E.; en el Valle del Indo en el año 3 000; en China y el Egeo en el año 2 000 y en México en el primer milenio a. de N. E.
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