Historia de la Medicina
La curación en la antigua Mesopotamia
La Mesopotamia, región que corresponde fundamentalmente a lo que hoy en día es Irak, también contaba con un complejo sistema médico. Existían tres tipos de médicos generales.
Los adivinos identificaban al dios responsable de la enfermedad y cuál era el pecado que se castigaba. En ocasiones utilizaban los hígados de los animales sacrificados para dar su diagnóstico. Este proceso de adivinación se llamaba hepatoscopía. Se la consideraba especialmente efectiva porque se creía que el hígado era el templo de la vida. El segundo tipo de sanador era el exorcista, que utilizaba hechizos para apaciguar al dios o ahuyentarlo. El tercero era el médico, que utilizaba remedios a base de hierbas, colocaba vendajes y realizaba cirugías menores.
El conocimiento de la medicina de la Mesopotamia proviene de documentos antiguos. Las tablas cuneiformes descubiertas en la biblioteca del Rey Asurbanipal de Nínive incluyen un texto denominado Tratado sobre diagnóstico y pronóstico. Data del siglo VII a. C., pero refleja un conocimiento mucho más antiguo. Este tratado atribuye las enfermedades y dolencias a los diferentes espíritus o dioses, las interpreta como un castigo divino y recomienda remedios más que nada mágicos. También ofrece descripciones minuciosas sobre varias enfermedades y sugiere algunos tratamientos prácticos. Otro texto de la Mesopotamia, el Código de Hammurabi, describe los deberes de los médicos y las tarifas que pueden cobrar. Además, los responsabiliza de cualquier error que cometan, incluyendo aquellos que impliquen el "uso de un cuchillo".
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